En recientes años, los casos de ciberacoso en España han aumentado de manera errática, llegando a contabilizar más de 11.000 de casos para denunciar ciberacoso anualmente. A pesar de que el internet y las redes sociales han logrado traspasar la barrera de comunicación a distancia, ahora la problemática recae en el uso del anonimato como catalizador del ciberacoso.
Un problema de acoso cibernético se torna peligroso cuando cruza los límites del delito. Cuando se pasa de una opinión o crítica al hostigamiento o daño infligido. En resumen, la conducta del acoso o persecución en internet sí es un delito y es necesario aprender a detectar las señales para poder denunciar ciberacoso.
¿Cómo podemos saber cuándo una acción es un acoso delictivo en internet? Cuando el mensaje que ha recibido la víctima tiene como objetivo atentar en contra de su integridad y dignidad, sea física, moral o hasta su propia reputación. Es importante señalar que esta es una conducta repetitiva y reiterada a lo largo del tiempo. Para reportar o denunciar ciberacoso, es necesario que estas acciones vayan más allá de una mera molestia y provoquen una grave alteración de la cotidianidad de la víctima.
La legislación sobre el ciberacoso anuncia que puede involucrar condenas como penas de prisión de tres meses a dos años, o multas de seis a 24 meses. En casos más extremos donde la víctima del hostigamiento sea un menor de edad, la pena de prisión se extiende hasta dos años. Paralelamente, si la víctima y el acosador se encontraban en una relación sentimental, la pena será de uno a dos años o trabajo comunitario durante 60 a 120 días.
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¿Qué dice el Código Penal del ciberacoso?
A pesar de que no se hace referencia directa a denunciar ciberacoso en el Código Penal, cabe acotar que España es el único país europeo que incluye este delito dentro de su Código donde criminalizan los actos de acoso en internet.
En 2013 fue que se incluyó oficialmente un artículo dentro del Código Penal para regular todo tipo de conducta que indicara acoso sexual en internet, lo que marcó el inicio de la tipificación del ciberacoso dentro de este.
Específicamente, en el artículo 131 de la Ley 26.904 del Código Penal se menciona que todo contacto por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología con una persona menor de 16 años con el propósito de causar daño a su integridad sexual será penado con un tiempo de seis meses a cuatro años en prisión.
Posteriormente, en 2016 se hizo una reforma del Código Penal, donde se incluyó en la Ley Orgánica 1/2015 la regulación del stalking y el sexting:
- El stalking, es decir la vigilancia e intento de contacto con una persona mediante el uso inadecuado de sus datos personales, puede ser penado de tres meses a dos años de prisión o multas de seis a 24 meses.
- El sexting, o el envío de contenido sexual y su posterior difusión sin consentimiento como un atentado contra su intimidad, puede ser penado de tres meses a un año de prisión o multas de seis a 12 meses. En el caso de difusión de imágenes sin el consentimiento la pena de prisión es de dos a cinco años.
¿Cómo denunciar el ciberacoso a la justicia?
En el caso que estés siendo acosado por algún medio digital como redes sociales, existen diferentes situaciones que condicionarán el proceso para denunciar ciberacoso:
- Conozco a mi acosador y tengo evidencias. En este tipo de casos, lo mejor es hacer la denuncia directamente en la institución (en caso de ser un compañero de clases o de trabajo) y que apliquen el protocolo de actuación.
- No conozco a mi acosador y no tengo pruebas confirmatorias. En el caso de que el acosador sea anónimo y esté utilizando una cuenta falsa en redes, el primer paso es reunir todas las pruebas posibles: pantallazos, registros de conversación, imágenes, audios, entre otros.
En ambos casos, si te sientes amenazado y tengas toda la evidencia del delito, puedes dirigirte a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que inicien una investigación. Previamente a acudir físicamente al centro, se recomienda contactarlos telefónicamente o por correo electrónico para asesorarte del proceso de denuncia. En el caso de España, puedes contactar con la Guardia Civil o con la Dirección General de Policía, quienes son un grupo especializado en delitos tecnológicos y de información.
Cabe resaltar que el proceso de denuncias no es de resolución inmediata, por lo que es fundamental aplicar todas las herramientas posibles para que el contenido perjudicial deje de estar en línea. La AEPD o Agencia Española de Protección de Datos en 2019 estableció un proceso sencillo para solicitar la retirada de contenido perjudicial de las redes.
¿Qué consecuencias puede tener el ciberacoso?
El ciberacoso, tanto como el bullying cara a cara, puede presentar consecuencias tanto psicológicas como físicas. Las consecuencias de tipo psicológicas varían según la gravedad de la situación, el perfil de la víctima, el tipo de acoso y el apoyo que reciba. Generalmente se manifiestan como depresión, desconfianza hacia otros, aislamiento, problemas de sueño y trastornos alimenticios.
En cuanto a las consecuencias físicas, estas ocurren cuando el acoso digital se transporta al mundo físico y la víctima sufre alguna agresión. De igual forma, se pueden manifestar consecuencias de tipo sexual, mediante el grooming y la sextorsión, donde se obliga a la víctima a realizar actos íntimos no deseados.
En la mayoría de los casos, el acto de hostigamiento ocurre en una serie de patrones: en grupos, entre personas conocidas, para causar daño, cotidianos o con frecuencia. Cada persona lo vive de forma diferente, pero un gran número de víctimas comparten consecuencias como daño en el autoestima y dificultad en la capacidad de relacionarse.
¿Cómo podemos evitar el ciberacoso?
Para prevenir el acoso, tanto dentro como fuera del internet, la educación es fundamental. De igual manera, resulta positivo enseñar a los más jóvenes sobre el bullying, promover la educación de valores, proporcionar herramientas a los docentes, educar otras maneras de expresar sentimientos a los acosadores y proveer apoyo a las víctimas.
Actualmente se han desarrollado aplicaciones digitales que permiten mejorar la comunicación entre implicados, así como proporcionar a los padres herramientas útiles. Por ejemplo, existen plataformas que mejoran los canales comunicativos entre acosador y víctima, o aplicaciones que recogen toda la evidencia necesaria de tipo legal.
Desde un plan de acción personal, para evitar caer en una situación de acoso cibernético puedes promover el habla y confianza entre las partes, cuidar tu privacidad y lo que publicas en línea, no caer en los bulos que circulan, vigilar tu configuración de privacidad digital, y emplear recursos y herramientas para denunciar ciberacoso.
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