“No soy yo, es mi DNI”, menciona una víctima española del delito de suplantación de identidad al recibir una facturación a su nombre de un gasto de 100.000 euros que él no había realizado. Hoy en día, Juan Luis de Soto sigue sufriendo las consecuencias de las acciones del suplantador por haber perdido su tarjetero tres años atrás. Durante los dos meses en que el perpetrador se manejaba bajo el DNI de De Soto, logró usar su nombre para abrir una cuenta bancaria y solicitar múltiples créditos de miles de euros.
Como observó De Soto, las secuelas más comunes que se sufren de la suplantación de identidad como delito son las compras desconocidas por internet, aperturas de cuentas corrientes para blanquear dinero, daños financieros, daños a tu reputación y desgaste físico y psicológico en la víctima. Estos procesos pueden requerir años para su resolución.
Todas las acciones de usurpación pueden ser o no un delito dependiendo del uso que se les aplique a los datos. Integralmente, el delito de suplantación de identidad toma esta connotación negativa en el momento en que un usuario se hace pasar por otro con la motivación de obtener beneficios, generar fraude o llegar a ocasionar daños.
En los casos del delito suplantación de identidad, no existe una tipificación especificada. Puede ocurrir en diferentes contextos mediante múltiples métodos y concluir en secuelas o penalizaciones determinadas por la situación o el uso de la falsa identidad. De igual manera, es una problemática de carácter discreto ya que la víctima puede tardar hasta cinco meses en darse cuenta de su situación.
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¿Quién puede ser víctima de la suplantación de identidad?
Refiriéndonos a la suplantación de identidad como delito, este es uno de los principales problemas relacionados con la seguridad, privacidad e integridad de los internautas en servicios de mensajería electrónica o dentro de las redes sociales. Esta problemática gana la connotación de crimen al volverse una actividad malintencionada donde el hacker se hace pasar por la otra persona por diferentes motivos, como fraude o cyberbullying.
Se suele considerar que los únicos usuarios de internet que sufren el delito suplantación de identidad son famosos, celebridades u otras personas en el ojo público. No obstante, el hecho es que cualquier identidad de un usuario anónimo corre el riesgo de ser suplantada. Esta problemática ha visto un incremento significativo en denuncias en los últimos años. Según la Oficina Europea de Estadística Eurostat, España es el país de la Unión Europea con más víctimas de robo de identidad registradas, situándose un 4% por encima de la media de otros países miembros.
La suplantación de identidad como delito puede ocurrirle a cualquier persona sin requerir de criterios específicos. Los tipos más comunes de medios son la pérdida del documento de identidad, la falsificación de la firma o la clonación de tarjetas de crédito.
Subsecuentemente, otro de los tipos de falsificación que ha visto un auge en la actualidad es por medio de los perfiles de redes sociales. Dentro de las plataformas de Facebook, Twitter e Instagram principalmente se ven los casos más comunes de suplantación de identidad, delito que aclama su nombre al vulnerar el derecho de la propia imagen. Estos pueden darse mediante un perfil falso o por hackeo de cuentas para llegar a controlar la información de la víctima.
Delito de suplantación de identidad en redes sociales
La usurpación o suplantación de identidad es delito cuando la acción es completa, consistente en el tiempo y se utilizan los datos para conseguir beneficios a costa de la situación de la víctima. Es decir, solo el hecho de crearse un perfil ficticio con información falta no es un crimen. Debido a que esta acción por sí misma no implica el robo del estado civil de otra persona.
El concepto general del estado civil de un individuo abarca su nombre y apellido, el género, la edad, nacionalidad, estados familiares y la vecindad civil. La suplantación de identidad como delito implica el mal uso de estos datos por parte del victimario. Además, los Tribunales exigen que no se considere como delito en el caso que la persona sustituida sea ficticia.
En el entorno de las redes sociales, el delito suplantación de identidad sucede cuando una persona se apropia del nombre de la otra o utiliza su información personal y cuentas de redes sociales para hacerse pasar por esta. Usualmente, los fines últimos al obtener esta información son amenazas, extorsión de la víctima, dañar la imagen de la víctima o causar secuelas a terceros.
En la mayoría de estas situaciones, se puede solucionar la problemática sin tener que acudir a la vía judicial. El usuario afectado debe recordar en todo momento la importancia de registrar pruebas de todo lo que ocurre. Realizar periódicamente capturas de pantalla de lo que haga el delincuente como publicaciones o conversaciones que tenga.
¿Qué debo hacer si soy víctima?
Las plataformas de redes sociales por lo general poseen la opción de denunciar un perfil falso. En este paso es fundamental presentar las pruebas. Igualmente, el afectado no debe olvidar advertir a sus contactos sobre la situación para evitar que se vean atrapados en las acciones del perpetrador del delito suplantación de identidad.
Los usuarios malintencionados mediante el delito de suplantación de identidad utilizarán el perfil adquirido para atentar contra el honor de la persona y hasta cometer calumnias a través de las redes sociales. Cuando una persona se vuelve víctima, puede pasar directamente a denunciar la suplantación ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Hoy en día estas denuncias pueden realizarse de manera presencial o telemática. Si eliges la segunda opción hazlo a través de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía o el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.
Los entes judiciales entenderán la suplantación de identidad como delito cuando el perpetrador realice una actuación completa. Esta acción no se torna un crimen únicamente utilizando los nombres de la víctima. Los movimientos del usuario requieren un criterio de permanencia, así como un robo integral de la personalidad global del afectado.
Debido a que todos podemos ser víctimas del delito suplantación de identidad, resulta positivo conocer cómo protegernos. Por ejemplo, antes de crear una cuenta en alguna red social atender lo que explican los términos de privacidad y condiciones de servicio. Asimismo, se refuerza la seguridad de los perfiles convirtiéndolos en privados y con contraseñas robustas.
El código penal sobre la suplantación de identidad
El código penal recoge la usurpación o suplantación de identidad como delito bajo el artículo 401; donde lo refieren a la acción de apropiarse de la identidad de una persona con el fin de obtener beneficios. Este delito se denomina como de mera actividad, es decir, no se exige un resultado. Los hackers realizan la actividad de usurpación como un instrumento para obtener ganancias o hacer daño.
En la mayoría de los casos donde ocurra un delito de suplantación de identidad o del estado civil de una persona, la pena de prisión establecida en el código penal es de seis meses a tres años.
Habitualmente, partiendo del delito de suplantación de identidad desembocan otros crímenes. Debido a la flexibilidad que aporta el entorno en línea, el perpetrador puede adaptar los datos identificativos que ha recolectado para realizar fraude, falsa documentación, calumnias y más. En estos casos de múltiples crímenes, la legislación española terminará por castigar el delito que contenga la mayor pena y no cada delito por separado.
¿Cuáles son mis vías legales como víctima?
En el caso donde la persona sospeche que está siendo víctima de usurpación de identidad deberá ponerse en contacto inmediatamente con un abogado penalista. Paralelamente, la víctima debe tomar todo tipo de evidencias que encuentre. Desde facturas de productos no adquiridos hasta grabaciones de llamadas de cobro de deudas que no se han contraído. El conjunto de pruebas debe ser legitimado ante un notario.
La suplantación de identidad como delito debe ser denunciada ante los cuerpos de autoridad del territorio, como la Policía Nacional o la Guardia Civil. La razón principal es que con la copia de la denuncia se puede demostrar que has sido víctima de un robo de identidad. No obstante, se debe denunciar los hechos ante los Cuerpos de Seguridad del Estado en el momento en que ha sido perdida la documentación.
Entre las acciones graves más comunes que se pueden verificar si se sospecha de ser víctima de un delito suplantación de identidad se incluyen movimientos bancarios extraños, denegación de créditos, aparición como moroso, facturas desconocidas y llamadas de deudas no contraídas.
Con relación a los daños no financieros como la reputación online, se puede optar por ejercer el derecho al olvido en internet. Permite la posibilidad de suprimir enlaces de los resultados de búsqueda del motor de búsqueda en donde se menciona información falsa. En el caso que los medios de comunicación no atiendan a la petición se puede acudir a la Agencia Europea de Protección de Datos (AEPD). Si decides ejercer tu derecho al olvido, no dudes en ponerte en contacto con los especialistas de transformación de tu reputación digital en Remove Group.